La dieta que usaba Gandhi para mantenerse siempre en armonía

Mahatma Gandhi fue un político y pensador pacifista que luchó por la independencia de su país, sin usar nunca la violencia. En su lucha por lograr que India se convirtiera en un país libre, fue encarcelado muchas veces, hizo huelgas de hambre, y vivió situaciones muy dolorosas. 

Sin embargo, se mantuvo siempre entero y seguro de sí mismo y de sus convicciones. Sin lugar a dudas, era un hombre de espíritu fuerte y tenaz. Pero como cualquier persona sabrá, la alimentación también influye para que uno se sienta en armonía. 

Y la dieta de Gandhi en particular era bastante especial, y él mismo ha considerado que fue importante para lograr sus propósitos.

 La dieta de Gandhi

Entre otras cosas, Gandhi escribió un libro: Guía de la Salud. En él habla sobre su idea de cuidar el cuerpo y la mente, y hace referencia a que llevaba adelante una dieta crudivegana. 

“Mi dieta actual consiste en plátanos, cacahuates, dátiles y aceite de oliva, con algún que otro fruto cítrico, como la lima. Aunque no puedo decir que mi dieta sea un éxito total, un período de seis meses es demasiado corto para alcanzar conclusiones definitivas sobre un tema tan vital como el cambio total de dieta”, describe en el libro.

Es que, para empezar, la dieta de Gandhi no podía contemplar ningún tipo de violencia hacia ningún ser vivo, ya que él rechazaba cualquier forma de maltrato.

Según sus apuntes, Gandhi consideraba que esta dieta le quitaba un poco de fuerza, pero que ganaba en resistencia. Es decir que podía trabajar más tiempo sin fatigarse. También consideraba que lo ayudaba a pensar mejor y con más claridad, y que mantenía en armonía su espíritu. 

Cómo implementarla

Hay muchas maneras de implementar una dieta crudivegana (también llamada raw), aunque hay algunos principios básicos que es necesario respetar. 

Por empezar, claro, es necesario eliminar todo alimento de origen animal. Aparentemente, en la dieta de Gandhi se volvió a incorporar la leche de cabra en algún momento en el que se sentía especialmente débil. Pero para una dieta más puramente crudivegana, es mejor optar por leche de almendras u otro tipo de leches vegetales. 

Eliminados los alimentos de origen animal, los vegetales y las frutas no deben cocerse. Es que de esta manera, los alimentos conservan todas sus propiedades nutricionales intactas, que el calor elimina. 

Este tipo de dieta permite comer alimentos deshidratados por exposición al aire y al sol. Para completar la dieta raw, también se evita consumir alimentos ricos en almidón, como la papa, y los productos refinados como la sal, el azúcar y la harina blanca.

Consejos extra

Hay algunas variantes de esta dieta. Por ejemplo, la dieta Halleluja. Ésta se basa en el veganismo, y contempla la posibilidad de ingerir hasta un 15% de alimentos cocidos, y un 85% de crudos. 

Para quienes quieran llevar adelante este tipo de dieta raw, es importante equilibrar muy bien los tipos de alimentos. Frutas dulces, hortalizas, vegetales grasos como el aguacate, semillas oleaginosas remojadas, aceites vegetales, germinados de cereales, de legumbres y de otras semillas, algas y fermentados. Todos deben formar parte de la dieta, y mantener un equilibrio entre sí. 

Como en todas las dietas drásticas, el crudiveganismo tiene muchos detractores. Sin embargo, quienes lo implementan en su mayoría se sienten bien y no tienen mayores problemas de salud. 

En cualquier caso, si se pretende mantener como forma de alimentación constante una dieta raw, es importante implementarla de forma progresiva. Es decir, empezar a revertir la ecuación crudo/cocido de a poco. Pues como en todo gran cambio, es más fácil abandonar o sentirse mal si se hace de golpe.