La depresión forma parte de los trastornos del estado ánimo y afecta siempre a nuestro bienestar general, nuestra interacción social, nuestro apetito y deseo sexual, y otros muchos aspectos comportamentales, pero la manera en la que lo hace depende del tipo concreto de trastorno depresivo que hayamos desarrollado.
La depresión es frecuente en los tiempos que corren, y es habitual que la gente recurra a los fármacos para aliviar el dolor que se siente con esta patología. El prozac (fluoxetina), también llamado la droga de la felicidad, se consume de forma habitual en sociedades desarrolladas.
Sin embargo, lo cierto es que este conjunto de psicopatologías difícilmente pueden ser superadas simplemente consumiendo medicamentos. Esto se debe a su complejidad y a la diversidad de sus síntomas y características. Mientras que el principio activo de estos fármacos siempre es el mismo, los trastornos de tipo depresivo interactúan de maneras muy imprevistas con todos los elementos biológicos y contextuales de cada individuo.
El tratamiento con fármacos es aconsejable en casos graves, pero siempre debe disponerse de apoyo psicoterapéutico para poder gestionar y superar los tipos de depresión (en la terapia psicológica, además, el riesgo de sufrir efectos secundarios es mucho menor). Es importante entender que los psicólogos pueden, además, ayudarte a superar la depresión utilizando sus técnicas y métodos adaptados a ti para que adoptes nuevos hábitos que debiliten los síntomas de este trastorno y favorezcan su desaparición según el modo en el que el trastorno te afecte.
Pero... ¿cuáles son los diferentes tipos de depresión y cómo suelen expresarse a través de los síntomas? A continuación quedan listadas estas variantes de la depresión.
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Depresión mayor
La depresión mayor es el tipo de depresión más grave, tal y como su nombre indica, y se caracteriza por la alta intensidad de los síntomas, y por el hecho de que están presentes durante prácticamente todo el día.
En esta psicopatología se da la aparición de uno o varios episodios depresivos de mínimo 2 semanas de duración. Suele comenzar generalmente durante la adolescencia o la adultez joven. La persona que sufre este tipo de depresión, puede experimentar fases de estado de ánimo normal entre las fases depresivas que pueden durar meses o años.
Se clasifica dentro de los episodios unipolares puesto que no hay fases de manía, y puede producir problemas muy serios para el paciente si no es tratado de manera eficaz. De hecho, la ideación (Formación y enlace de las ideas en la mente) suicida puede llevar a la muerte si pasa a traducirse en acciones efectivas para terminar con la propia vida.
Síntomas de la depresión mayor
Estos son algunos de los síntomas de la depresión mayor:
- Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, casi todos los días (1)
- Pérdida de interés en las actividades que antes eran gratificantes (2)
- Pérdida o aumento de peso
- Insomnio o hipersomnia
- Baja autoestima
- Problemas de concentración y problemas para tomar decisiones
- Sentimientos de culpabilidad
- Pensamientos suicidas
- Agitación o retraso psicomotores casi todos los días
- Fatiga o pérdida de energía casi todos los días
Según expertos, debe existir la presencia de cinco (o más) de los síntomas anteriores durante un período de 2 semanas, que representan un cambio respecto a la actividad previa; uno de los síntomas debe ser (1) estado de ánimo depresivo o (2) pérdida de interés o de la capacidad para sentir placer.
Tipos de depresión mayor
Dentro de la depresión mayor, existen diferentes tipos de depresión mayor:
- Depresión con episodio único: causado por un acontecimiento único en la vida y la depresión solo tiene esa aparición.
- Depresión recidivante: Aparición de síntomas depresivos en dos o más episodios en la vida del paciente. La separación entre un episodio debe ser de al menos 2 meses sin presentar los síntomas.
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Distimia
Dentro de los tipos de depresión, la distimia es menos grave que la depresión mayor. Es un tipo de depresión unipolar (no incluye síntomas maníacos) e interfiere en el funcionamiento normal y el bienestar del individuo que lo sufre.
La característica esencial de este trastorno es que el paciente se siente depresivo durante la mayor parte del día, la mayoría de los días durante al menos 2 años. Puede decirse que es una especie de depresión mayor "estirada" en el tiempo: dura más, pero es algo menos intensa en cuanto al malestar que genera y al peligro que supone. No necesariamente tiene por qué experimentarse una fuerte tristeza, sino que muchas veces lo más común es que exista un sentimiento de falta de propósito y de motivación, como si nada importase.
Muchas personas con distimia también pueden padecer de episodios depresivos severos en algún momento de su vida.
- Síntomas de la distimia
- Los principales síntomas de la distimia son los siguientes:
- Pérdida o aumento de apetito
- Insomnio o hipersomnia
- Falta de energía o fatiga
- Baja autoestima
- Dificultades para concentrarse o para tomar decisiones
- Sentimientos de desesperanza
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Depresión maníaca
Este tipo de trastorno, también llamado Trastorno bipolar se clasifica como un tipo de trastorno del estado de ánimo. Pese a que podemos incluirlo dentro de los tipos de depresión, combina estados depresivos con estados de manía, es decir, existen altibajos extremos. El trastorno bipolar es una patología seria, y no debe confundirse con un estado inestabilidad emocional.
El tratamiento es distinto al de una depresión mayor, y requiere estabilizadores de humor (como el litio), así como un acompañamiento profesional a través de la psicoterapia y la atención al entorno familiar de los pacientes.
Síntomas de la depresión maníaca
Los síntomas depresivos pueden incluir:
- Sentimientos persistentes de tristeza
- Sentimiento de desesperanza o desamparo
- Baja autoestima
- Sensación de ineptitud
- Culpabilidad excesiva
- Deseos de morir
- Pérdida de interés en las actividades habituales o que antes se disfrutaban
- Dificultad en las relaciones
- Perturbación del sueño (por ejemplo, insomnio, hipersomnia)
- Cambios del apetito o del peso
- Disminución de la energía
- Dificultad para concentrarse
- Disminución de la capacidad de tomar decisiones
- Pensamientos suicidas o intentos de suicidio
- Molestias físicas frecuentes (por ejemplo, dolor de cabeza, dolor de estómago, fatiga)
- Intentos o amenazas de escaparse del hogar
- Hipersensibilidad ante el fracaso o el rechazo
- Irritabilidad, hostilidad, agresión
Los síntomas maníacos pueden abarcar:
- Autoestima exagerada
- Menor necesidad de descanso y sueño
- Mayor distracción e irritabilidad
- Excesiva participación en actividades placenteras y de alto riesgo que pueden provocar consecuencias dolorosas, por ejemplo comportamiento provocativo, destructivo o anti-social (promiscuidad sexual, conducción imprudente, abuso del alcohol y de drogas).
- Aumento de la locuacidad (por ejemplo aumento en la velocidad del habla, cambios rápidos de tema, intolerancia a las interrupciones)
- Sentimientos de "excitación" o de euforia
- Marcados cambios de estado de ánimo, por ejemplo inusitadamente feliz o tonto, extrañamente enojado, agitado o agresivo
- Mayor deseo sexual
- Mayor nivel de energía
- Escaso sentido común en personas sensatas
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Trastorno depresivo estacional (SAD)
Este estado depresivo recibe el nombre de Trastorno depresivo estacional (SAD) y se caracteriza por ocurrir durante una cierta época del año, generalmente durante el invierno.
Los síntomas generalmente se intensifican de manera lenta a finales del otoño y en los meses de invierno. Estos síntomas son muy parecidos a los que se presentan en otros tipos de depresión:
- Desesperanza
- Aumento del apetito con aumento de peso
- Aumento del sueño (el poco sueño es más común con otras formas de depresión).
- Menos energía y capacidad para concentrarse
- Pérdida de interés en el trabajo y otras actividades
- Movimientos lentos
- Aislamiento social
- Tristeza e irritabilidad
También existe otra variante del SAD y que lo sufren algunas personas en verano:
- Falta de apetito
- Pérdida de peso
- Insomnio
- Irritabilidad y ansiedad
- Inquietud
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Depresión psicótica
La depresión psicótica es un subtipo de depresión mayor el cual se presenta cuando una enfermedad depresiva severa incluye algún tipo de psicosis. A diferencia de los demás tipos de depresión, se caracteriza por la presencia de síntomas psicóticos: alucinaciones y/o delirios que alteran cualitativamente el modo en el que se percibe la realidad.
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Depresión posparto
Dentro de los tipos de depresión, podemos incluir la depresión posparto. Se caracteriza porque puede ocurrir poco después del parto.
Este tipo de depresión puede presentarse hasta un año más tarde de que la mujer haya dado, pese a que es habitual que ocurra dentro de los primeros tres meses después del parto.
Causas de la depresión posparto
Algunas de las causas de la depresión postparto, son las siguientes:
- Cambios a nivel corporal del embarazo y el parto (por ejemplo, debido al cambio hormonal)
- Cambios en las relaciones laborales y sociales
- Tener menos tiempo y libertad para sí misma
- Cambios el ciclo sueño-vigilia debido al nacimiento
- Preocupaciones acerca de su capacidad para ser una buena madre
Cómo ayudar a alguien con depresión
"Me tienes aquí para lo que necesites": cuando alguien que está pasando por una depresión siente, de verdad, que te tiene cerca, está recibiendo una ayuda muchas veces más grande de lo que podemos creer de manera aparente; debemos ayudar, sin emitir ningún juicio.
"No estás solo": en muchos casos, quien sufre depresión, siente que atraviesa por un túnel sin luz, y en esa oscuridad, es muy importante que no dejemos que él/ella sientan que están cruzándolo en total soledad. Hacérselo saber al enfermo, y demostrárselo todo cuanto podamos, ayudarán enormemente a sobrellevar la situación.
"La culpa no es tuya": el sentimiento de culpa para la persona que sufre depresión en algo altamente negativo; ellos/as sienten que si están mal es porque alguna cosa no está funcionando como debiera en su interior, y se culpabilizan de ello.
"Voy a acompañarte": ya sea a las sesiones de terapia, a las periódicas consultas médicas, o a la farmacia, si nos ofrecemos a ir con ellos, les estamos dando un apoyo muy valioso, y reafirmando en la convicción de que lo que les ocurre se puede y debe tratarse.
"Dime lo que puedo hacer por ti": cualquier cosa que sea, demostrará al ayudar a alguien con depresión que estamos dispuestos a colaborar para que se sientan mejor, porque eso es lo que deseamos.
"¿En qué clase de cosas estás pensando?": saber qué tipo de preocupaciones y/o inquietudes ocupan la mente de la persona con depresión, nos ayudará a entender si dicha persona está evolucionando en la lucha contra su enfermedad. Si es necesario, y estos existen, hablar incluso de pensamientos suicidas que la persona haya podido tener o tenga, por molesto que pueda parecer el hablarlo, será crucial para no dejar pasar la oportunidad de ayudar realmente. No debemos sentir temor a preguntar lo que realmente siente o piensa esa persona, es muy necesario y terapéutico para ella hablar de lo que realmente le preocupa, y no esquivar temas serios, ni "andarse por las ramas" con cuestiones que serán profundas y de vital importancia.
"No hacer nada concreto": puede parecer una tontería o una absurdidad, y no lo es en absoluto. En muchos casos, nuestra sola presencia significará un gran alivio para quien padece depresión. "Estar presente", simplemente eso, entraña una gran ayuda. Él/ella sienten que estás ahí, que no les has dejado de lado, y eso, en sí mismo, es de un enorme valor para la persona que está padeciendo un trastorno depresivo.
Evita los juicios: Quienes sufren depresión suelen sentir culpa y pensar que están solos en su enfermedad. La doctora Mendoza recomienda escuchar y apoyar. “Permítele expresar cómo se siente y evita expresiones que le harían sentir que está solo y que nadie lo entiende”. Por ejemplo, evita hacer estos juicios de valor:
- “¡Llevas dos días acostado!”
- “Ya te pasará”
- “Todo está en tu mente”
- “Saca fuerza”
- “Eso es pereza”
- “Sé cómo te sientes”
- “No tienes motivos para sentirte así”
Anímalo a hacer ejercicios: Estudios demuestran que cuando las terapias para la depresión van acompañadas de ejercicios, existen probabilidades de una mejoría más rápida en los pacientes.
Promueve una dieta más sana: Reducir el consumo de grasas y azúcares, al mismo tiempo que aumentar el de frutas, vegetales, cereales integrales y semillas, contribuye a equilibrar los neurotransmisores y resulta favorable para tratar la depresión..
Ayúdale a regular el sueño: “Tanto el exceso de sueño como la privación de este hace que una persona sea más vulnerable a sufrir depresión. Es aconsejable regular el sueño de 7 a 8 horas, con el mismo horario para acostarse y levantarse”, dice el doctor Moran.