Se trataba de un pequeño auto eléctrico de tres ruedas con carrocería aerodinámica y un peso de alrededor de 23 kilos, donde el conductor se ubicaba en posición horizontal.
Más tarde, el diseño fue perfeccionado mediante la revisión del motor y la colocación de dos rollos de alambre imantados, y sus neumáticos fueron reemplazados por otros más eficientes.
El desarrollo del vehículo contó con el apoyo de la compañía automotriz Audi y fue en el recorrido de sus pistas de prueba que los ingenieros comenzaron a pensar en la cantidad de energía que el auto precisaba para sus recorridos para hacerlo aun más eficiente.
En ese momento comenzaron los testeos y los perfeccionamientos. En su primera carrera, el TUfast eLi14 logró un consumo de energía de 1.142 kilómetros por kilovatio/hora. A partir de mejoras superaron esa marca y alcanzaron 1.232 kilómetros por kilovatio/hora, es decir, lo que sería equivalente a hacer 10,956 kilómetros con 1 litro de gasolina.
Este logro los posicionó en el mundo y obtuvieron, en julio de 2016, el Récord Guinness como el auto más eficiente del mundo; una motivación para el desarrollo de estos vehículos que podrían -siempre y cuando la electricidad se obtenga por fuentes renovables, como el viento- ponerle fin al uso de los combustibles fósiles, y a la contaminación y las luchas sociales, generados a partir de la obtención del petróleo y el carbón.