Este modelo fue puesto a la venta en agosto y Samsung ya tuvo que retirar 2,5 millones de unidades. Aunque la firma surcoreana reemplazó los equipos defectuosos por unos nuevos, los usuarios reportaron que éstos también se incendiaban.
Este lunes Samsung emitió una alerta que pedía a los clientes apagar de inmediato estos equipos: "Los consumidores que tengan un Galaxy Note 7 original o un Galaxy Note 7 de reemplazo deben apagar el teléfono y dejar de usarlo".
La compañía explicó que unas baterías de litio defectuosas estaban sobrecalentando el dispositivo y causando que se incendiaran.