Un gigantesco avión diseñado para colocar cohetes en órbita en pleno vuelo salió por primera vez del hangar donde era construido en California para realizar las pruebas de combustible. Así lo informó ayer el fabricante Stratolaunch, que proyectó los primeros ensayos espaciales para 2019.
"Esto marca el fin de la fase inicial de construcción de la aeronave y el comienzo de la fase de pruebas en tierra" de los motores y rodaje antes del primer vuelo, explicó Jean Floyd, CEO de la empresa del multimillonario filantrópico y cofundador de Microsoft, Paul Allen.
El Stratolaunch, que está compuesto por dos cabinas unidas por su ala de 117 metros, es más que el largo promedio de una cancha de fútbol. Utilizando motores de seis aviones 747, el prototipo de 227 toneladas sería capaz de lanzar cargamento, como satélites, y quizás "algún día", humanos a órbitas bajas de la Tierra. "Stratolaunch está en la vía para realizar su primera demostración de lanzamiento (al espacio) en 2019", precisó Floyd. Según trascendió, el plan es colocar en órbita un cohete Pegasus, usado normalmente para transportar satélites, que iría en medio de los dos fuselajes. "Esto marca un paso histórico en nuestro trabajo para alcanzar la visión que tuvo Paul Allen de normalizar el acceso a la órbita baja de la Tierra", agregó el ejecutivo.
La compañía compró dos Boeing 747 usados y los reensamblaron en una sola unidad capaz de despegar con una carga de 590 toneladas. Antes de sacarla del hangar, la nave tuvo que ser desmontada de un andamio de tres pisos. El Stratolaunch es también llamado "Ruc", en honor al ave de la mitología persa tan grande que puede levantar un elefante con sus garras.