El Airlander 10, de 92 metros de largo y que es parte avión y parte dirigible, chocó con su "nariz" contra el suelo cuando terminaba su segundo vuelo de prueba en la Base Aérea de Cardington, en Bedfordshire.
"El vuelo fue bueno y el único problema ocurrió en el aterrizaje", dijo un vocero, mientras que HAV, la compañía que lo prueba, reportó que la tribulación está "segura y bien".
Un testigo había dicho que un cable que colgaba del Airlander 10 se había atorado con un poste durante el vuelo, versión que fue rechazada por la compañía.
Una investigación de la empresa determinará qué fue lo que ocurrió, mientras que la oficina de Investigación de Accidentes Aéreos británica también está haciendo sus indagatorias.
El primer vuelo del Airlander 10, cuyo costo es de unos US$33 millones, fue el 17 de agosto.
En su origen Airlander fue desarrollado como una aeronave de vigilancia por el gobierno de Estados Unidos, aunque la pruebas se paralizaron por recortes en el presupuesto de Defensa.
HAV lanzó una campaña para devolver el Airlander 10 a los cielos en mayo de 2015.
La compañía asegura que puede ser utilizado para tareas de vigilancia, comunicaciones, entrega de ayuda a lugares de difícil acceso e incluso en el transporte de pasajeros.