Estos movimientos corporales; también llamados calentamientos; son vitales para lograr una correcta vida deportiva a lo largo de los años sin lesiones, y no sólo cuando se realiza actividad física intensa, también con actividades leves. De esta manera nos evitamos lesiones como contracturas, desgarros musculares, esguinces, distensiones de ligamentos y porque no irregularidades cardíacas.
Lo ideal es ir de menos a más, primero con movimientos leves y luego ir intensificando cada área hasta que el músculo entre en ritmo, al finalizar la entrada en calor, el cuerpo debería estar preparado para un esfuerzo grande.
No menos importante es aclarar que la entrada en calor varía de acuerdo al deporte a practicar. Por lo cual te recomendamos que te instruyas en calentamientos específicos para la actividad que practicarás ya sea por un preparador físico, director técnico o simplemente un compañero con mayor experiencia.
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A mayor edad, mayores los riesgos
Resulta que cuando uno es joven cree que todo lo puede, puede ocurrir que cuando estás en plena adolescencia y te digan que debes precalentar, ignores totalmente el consejo y empieces la actividad física a toda máquina y no te lesiones, pero a la larga tu cuerpo lo sentirá, y quizás unos años más adelante, tu cuerpo te pase factura por los desarreglos que hiciste de joven.
El cuerpo es una máquina, cuídala, sigue los consejos, y podrás disfrutar de una vida deportiva bien longeva.
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Buen flujo sanguíneo
Cuando estamos a la mitad de nuestro calentamiento empezaremos a exigir los músculos y por ende nuestro ritmo cardíaco se incrementará, la distribución sanguínea a nivel muscular pasa de un 15% al 85% favoreciendo la disociación del oxígeno de la hemoglobina y la mioglobina para ponerla a disposición de los músculos.
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Cambio de aire
A mitad de la entrada en calor, cuando empezamos a intensificar los movimientos, notaremos un incremento en la oxigenación, es fundamental el tema respiración para oxigenar nuestros músculos, pero también nos agitaremos, ese es el momento de “cambiar el aire”, que se trata nada menos de una combinación de diferentes formas de respirar, para lograr restablecer el ritmo cardíaco, y empezar el deporte que vayamos a practicar, sin estar cansado o agitado.
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Transpiración e hidratación
Es lógico que al desarrollar actividad física empezarás a transpirar; eliminado toxinas acumulada de nuestro cuerpo, y es fundamental hidratarse con agua, en algunos casos extremos podemos consumir bebidas específicas para deportes que aportan restitución de sales, de esta manera tu cuerpo te lo agradecerá. Puedes beber líquidos durante; en pocas cantidades; y luego de la práctica lo que quieras, no viene mal.
Recuerda, si estás muy expuesto al sol, protégete con protector solar, gorras, y lentes de ser factible. Evita ropas oscuras ya que estas absorben mayor el calor.
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Luego de terminada la actividad física no olvides, estirar o elongar
La falta de estiramientos también puede ocasionar lesiones como las contracturas musculares o la rotura de ligamentos. No estirar adecuadamente después de hacer deporte, retrasa la eliminación del ácido láctico del músculo y la recuperación del mismo, a nivel biomecánico, repercute en la coordinación entre músculos agonistas y antagonistas. Más allá de esto, afecta negativamente a la flexibilidad.