Los leones rugieron y derrotaron a Canadá por 3-1

Los Leones es un equipo maduro. Y como está maduro, al menos desde afuera permite dejar un hueco para la ilusión. Ellos llegaron a Río de Janeiro como el séptimo conjunto del mundo según el ranking, pero aunque nadie se atreva a ir más allá del próximo partido ante India, el próximo martes, las dos actuaciones que ya llevan aquí (el empate ante Holanda en el debut y la victoria por 3 a 1 frente a Canadá en la nublada mañana de hoy en Deodoro) invitan a pensar en que algo grande puede ocurrir. ¿Qué sería grande para este seleccionado que en el Mundial de La Haya 2014 se metió por primera vez en el podio en un torneo de esas características? Nada menos que volver a tener una medalla colgada del pecho.

Canadá es un equipo al que Argentina conoce de memoria porque son rivales clásicos de los Juegos Panamericanos. Y en los últimos dos (Guadalajara 2011 y Toronto 2015) le ganó la medalla de oro con una absoluta contundencia. Pero, se sabe, cuando un equipo es -y se siente- superior al otro, lo más complicado es ratificarlo en el resultado. Y Los Leones lo hicieron.

Fueron mejores, mucho mejores que Canadá. Y así el adversario bajó a su mínima expresión en el primer tiempo. Fue un dominio absoluto de un equipo que pudo haber definido el partido mucho antes si no hubiera desperdiciado las numerosas chances de gol que tuvo. A los 13 minutos Matías Paredes extendió su racha goleadora en el torneo (en sus dos Juegos Olímpicos anteriores no había marcado y acá ya lleva dos festejos) cuando concretó después de un centro desde la derecha. Pese al 1-0, Argentina siguió dominando, marcando el ritmo del partido con el movimiento de sus volantes y la potencia de sus delanteros. Sin embargo, ese dominio manifiesto no se traducía en el marcador. Pero Canadá no atacaba. Porque los Leones le habían quitado la pelota.

Los corners cortos pasaban y Argentina no podía aumentar la diferencia. Hasta que llegó el cuarto cuarto y ahí sí se destrabó el partido. Tuvo que aparecer entonces Gonzalo Peillat para que en su octavo corner corto pudiera darse el gusto de gritar su primer gol en el torneo. Fue al minuto de ese período final. Y cinco después, con su segunda arrastrada positiva en el fijo, se cerró el partido.

Recién en ese momento, luego de los 11 cortos que tuvo, Argentina levantó el pie del acelerador. Y Canadá pudo acercarse. Y descontar con un corner corto de su capitán Scott Tupper. Apenas quedaban cinco minutos para el cierre. Y ya no habría tiempo para más.

Los jugadores argentinos le escapan a la palabra "medalla". Hay una coincidencia plena de que lo importante, ahora, es India, un rival que tiene mucha historia en el hockey (máximo ganador de medallas de oro) y que aquí lleva una victoria frente a Irlanda y una derrota contra Alemania. Para los Leones, ganar sería dar otro paso clave. Aunque ellos jamás hablen más allá del próximo partido.