Recuerda este nombre: Betelgeus. En el pasado, el hombre miraba hacia el cielo buscando explicaciones. Con tecnología primitiva, logró trazar mapas a través de las estrellas y en el firmamento descubrió las constelaciones, siendo la más famosa la de Orión. En Orión se pueden ver distintas estrellas, que según se creía en la época les daban fortuna, explicaban movimientos celestiales y anticipaban fenómenos naturales.
Se trata de estrellas brillantes a cientos de años luz (un año luz equivale a 9.5 mil millones de kilómetros) cuyo brillo nos llega mucho tiempo después.
Teniendo esto en cuenta, imagina que en el pasado, nuestros ancestros, guiándose por estas luces en el firmamento, vieran que una de ellas comienza a brillar más y más. Que de pronto queda encendida como el sol, pero sin apagarse por la noche, iluminando la Tierra por semanas, sino es que meses. Esto es lo que nosotros podríamos vivir próximamente.
En la constelación de Orión se encuentra Betelgeuse, una supergigante roja variable. Se cree que tiene un radio unas 1400 veces mayor que nuestro Sol y está entre 450 y 600 años luz de distancia. A pesar de su joven edad (8 millones de años) está apunto de morir, o tal vez incluso ya murió y no lo sabemos.
Cuando una estrella como Betelgeuse muere, se transforma en una supernova y aunque gracias a la distancia, no nos afectaría de gran manera, sí nos llegaría la luz de la catástrofe, sin embargo, es precisamente por la distancia a la que se encuentra que no sabemos si eso puede suceder pronto, en unos cientos o miles de años o incluso si ya es una supernova y sólo estamos esperando que la luz llegue.
Imagina que un día por la noche el cielo se ilumina como si tuvieras la luna y además otra luna llena, pero más brillante. Que horas después, durante el día, la luz de esa estrella continúa brillando y que durante meses parece que existen dos soles en nuestro sistema solar. Eso es lo que podemos esperar si llegamos a experimentar la muerte de Betelgeuse pronto.
La supernova del Cangrejo
Lo que acabamos de describir suena sorprendente. Sin embargo, esta no sería la primera vez que sucede. Cerca del año 1054, un fenómeno similar ocurrió. Según textos de astrónomos chinos y árabes, la luz de una supernova, mejor conocida como la supernova del Cangrejo, fue visible durante 653 noches. Incluso se cree que templos construidos por nativos americanos en lo que hoy es Estados Unidos, fueron terminados con mayor rapidez debido a este evento.
Lo más sorprendente es que se cree que la luz llegó a la Tierra hace mil años, pero que la explosión realmente sucedió hace unos ocho milenios. Imagina lo que significó para todo el mundo este suceso, hoy, con toda la tecnología y el conocimiento estelar, sabemos que no debemos preocuparnos, pero sin duda existen muchos grupos que interpretarían esto como un balance o extrañeza cósmica.
Aunque las agencias espaciales han asegurado que no puede sucedernos nada, más que tener luz durante unas semanas o meses, este es un evento que realmente se espera, pues sería único, no solo en la vida, sino durante muchas generaciones más.