Desde hace dos años, en la comunidad científica se intensificaron los estudios e investigaciones sobre los riesgos de las siliconas, luego de que los expertos del Instituto del Cáncer de Francia descubriesen un tumor muy particular llamado linfoma anaplásico en grandes células (LAGC) vinculado a los implantes mamarios. Recientemente, la eterna polémica en torno a la famosa cirugía recrudeció tras el alarmante informe de la Asociación Americana de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, según su sigla en inglés) en el que se asoció a las prótesis con el desarrollo de esta rara forma de cáncer que derivó en la muerte de nueve personas.
"Toda la información hasta la fecha sugiere que las mujeres con implantes de mama tienen un muy bajo pero aumentado riesgo de desarrollar el linfoma ALCL (por sus siglas en inglés) en comparación con las mujeres que no las tienen", señaló la agencia en el comunicado. El ALCL es un poco frecuente y agresivo tipo de cáncer que afecta a las células del sistema linfático, que ayuda al cuerpo a combatir infecciones y enfermedades. La FDA detectó 359 casos desde el 2011.
La advertencia de la máxima autoridad sanitaria estadounidense causó una gran preocupación en las millones de mujeres de todo el mundo que, ya sea por operaciones estéticas de aumento de pecho o por cirugías de reconstrucción tras una mastectomía, pasaron por el proceso quirúrgico.
La incertidumbre se magnificó rápidamente por el desconcierto de posibles afectados. La FDA detalló que la mayoría de los casos se dieron en mujeres que están "sufriendo operaciones tardías de revisión de implantes con un seroma persistente", un fluido que se desarrolla debajo de la piel. Y si bien la gran parte fue tratada con la remoción de los implantes, algunas pacientes requirieron además quimioterapia y radiación.
El vicepresidente de la Sociedad Argentina de Mastología (SAM), Eduardo González, quien respondió tajante: "Para traer tranquilidad a todas aquellas mujeres que se han sometido a este procedimiento -ya sea con fines cosméticos o reconstructivos- lo fundamental es saber que esta rara variedad de linfoma asociado a implantes mamarios es una neoplasia estadísticamente de extremada baja frecuencia en la actualidad (0.0003%)".
"En nuestro país hay sólo uno reportado con diagnóstico y otro en reciente estudio para su confirmación", puntualizó el especialista.
Según la FDA, los implantes mamarios aprobados en Estados Unidos pueden estar llenos con solución salina o con gel de silicona y tienen superficies lisas o texturizadas. Además, vienen en diferentes tamaños y formas. "Hay 231 informes que incluyeron información sobre la superficie del implante, de los cuales 203 fueron reportados como implantes texturados y 28 se informaron que eran implantes lisos", describieron.
De todos modos, para el mastólogo González la característica de la prótesis no tiene relación alguna: "Las evidencias reales derivadas de la literatura científica no permiten establecer ninguna asociación estadísticamente significativa entre el desarrollo de BI-ALCL y cualquier característica de implante, del paciente o de la cirugía. No se registra evidencia cierta de la influencia que la superficie del implante (rugosa o lisa) o el contenido (gel de silicona o solución salina) tienen sobre esta patología".
La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe al linfoma anaplásico como un tumor del sistema linfático que en muy raras circunstancias en presencia de implantes mamarios puede desarrollarse adyacente al implante en el tejido que lo rodea. No es un cáncer de mama o del tejido mamario.
"Los linfomas son tumores de los ganglios linfáticos y en algunos casos pueden desarrollarse en otras localizaciones, pero tal como afirma la FDA el riesgo absoluto de desarrollo de este linfoma de la mama resulta extremadamente bajo por lo que no deberían generar temores en relación al procedimiento de colocación de implantes mamarios, ya sea con fines reconstructivos o cosméticos", comentó a Infobae Maria Cecilia Foncuberta, hematóloga del Instituto Alexander Fleming, que además detalló que la probabilidad que se desarrolle en pacientes que se sometieron a la cirugía es de 1 caso entre cada 500.000 y 3.000.000.
De acuerdo a la FDA, los principales síntomas son la inflamación persistente o el dolor en los alrededores del implante mamario y pueden ocurrir mucho tiempo después de la operación de cirugía, con frecuencia años. Como la patología es de crecimiento lento, también especificó que la detección temprana facilita el tratamiento: "La mayoría de los casos de ALCL asociados a implantes mamarios se tratan mediante la eliminación del implante y la cápsula que rodea el implante y algunos casos han sido tratados con quimioterapia y radiación".
"Las pacientes con prótesis deben seguir su rutina de controles clínicos mamarios con el mastólogo y realizarse los estudios habituales (mamografía, ecografía, resonancia magnética) al igual que aquellas que no tienen implantes, y en caso de síntomas como hinchazón, formación de líquido (seroma) o alteración brusca de la forma y/o el tamaño, consultar inmediatamente al profesional para descartar la afección", recomendó González.