Racing se durmió y logró un empate ante el "tiburón" con sabor a derrota

Acumular méritos no siempre asegura el éxito pero casi siempre es la mejor manera de aproximarse al triunfo. Con un rendimiento oscilante y sin la contundencia de otras jornadas, Racing no pudo ganar en el Cilindro y debió conformarse con un punto con sabor a poco. Por la tercera fecha del torneo, la Academia igualó 1 a 1 con Defensa y Justicia y no pudo extender la buena racha que había iniciado en San Juan.

Los detalles son también centrales en este juego y el equipo de Zielinski supo capitalizar el momento que se le presentó para sacar ventaja. Apenas iba un cuarto de hora cuando la pegada de Romero cayó sobre el área visitante como una puñalada. Vittor, que atacó el corazón del área por sorpresa, apareció en el sitio indicado para impactar y convertir el primero. Con el resultado a su favor, el dueño de casa se replegó en su campo para esperar la oportunidad de generar peligro de contragolpe. Sin mucho circuito de tenencia, la apuesta central fue realizar a toda marcha las transiciones para encontrar mal parado al conjunto de Holan. Poco antes del cierre de la primera etapa, Bou tuvo una chance concreta para correr pero no pudo superar a la buena lectura de Barboza en el mano a mano. Orión apenas debió participar en una ocasión porque los de Florencio Varela no encontraron, por lo general, maneras eficaces de vulnerar a la dupla de centrales.

Pero la historia era larga y Racing prefirió protegerse acumulando hombres contra la última línea que manejando con criterio la pelota. Y, entonces, Defensa y Justicia, empujada por el resultado, avanzó por un costado y por otro para ir poniendo cada vez más gente cerca del arco contrario. Videla reemplazó a Martínez con la idea de interrumpir más seguido pero los de Florencio Varela acertaron a los 19 y empataron gracias al olfato de Andrés Ríos. La nueva circunstancia modificó la escena y Zielinski puso a Mansilla en lugar de Cerro. Cuando el desarrollo ofrecía dudas, la figura de Orión se lució para tapar dos remates difíciles. Las obligaciones abrumaban y Rosales pisó el césped por Aued para sumar recursos creativos en el tramo final de la cancha. Mansilla dispuso de una oportunidad interesante pero a su disparo de zurda le faltó dirección.

Sin un patrón de juego reconocible, la Academia trató de ubicar a sus piezas más desequilibrantes en zona de riesgo para aguardar la jugada individual que resolviera el duelo. Los envíos detenidos se transformaron en la principal vía para acercarse a la victoria. Pero la ausencia de claridad y de puntería condujo a que la cita terminara en empate y a que Racing se quedara con las ganas de sonreír en casa.