El regreso gradual de los hinchas visitantes a los estadios argentinos no se concretó con éxito. Hubo desbordes con las visitas de Boca y River a Banfield y Lanús, respectivamente, y también incidentes con la barra granate en la cancha de Racing, en Avellaneda.
La determinación genera divisiones en la cima del Gobierno. El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, no está aún dispuesto a ceder la Policía Federal para custodiar los partidos en la Ciudad de Buenos Aires. En la provincia de Buenos Aires, en cambio, fue el territorio en el que comenzaron las primeras pruebas piloto. La intención del oficialismo, debatida con la AFA, es tratar de garantizar la vuelta de los hinchas visitantes en todos los distritos.
En medio de este debate entre las autoridades gubernamentales, la policía y los dirigentes de los clubes, Rafael Di Zeo aporta una curiosa solución: que los responsables de la seguridad en los estadios apelen a los barrabravas para evitar los problemas y coordinar los operativos.
"Si creen que [sacando a las barras] es la solución, están equivocados. Lo mismo si creen que la solución es que no haya visitantes. Al contrario, tienen que tener a los referentes de las hinchadas controlando la situación", dijo el jefe de La 12, como se conoce a la barra de Boca.
La receta de Di Zeo no es nueva. Ya lo conversó con la Justicia y con la cúpula directiva de Boca desde que Mauricio Macri presidía el club. O, ¿cómo borrar aquella imagen en sepia de Di Zeo y su círculo íntimo de laderos con el juez Víctor Perrota en el césped de La Bombonera? Fue en 1998, después de la brutal golpiza a barras de Chacarita y cuando el fútbol corría riesgo de suspensión por la escalada de violencia en los estadios.
"Yo ya lo propuse. Lo mejor es blanquear a las barras y saber quién es quién. Que todos blanqueen, no sé si como empleados de los clubes, pero que se sepa quiénes son", aconseja Di Zeo.
Una salida similar sugirió en 2007 Pablo "Bebote" Álvarez, ex jefe de la barra de Independiente. Propuso pedir la categoría de "acomodadores en los estadios". El proyecto se activó a partir de la ONG Nuevo Horizonte, que proponía transparentar la relación barras-clubes y tuvo una prueba piloto hace diez años, en la Copa América de Venezuela.
Pero el antecedente más cercano fue en 2010 tras la experiencia mundialista en Sudáfrica de la agrupación Hinchadas Unidas Argentinas (HUA), que lideraba el dirigente kirchnerista Marcelo Mallo, que está hoy preso en el penal de Marcos Paz por un caso ajeno al fútbol. Impulsados por Mallo, y como si se tratara de una corporación, las barras de 43 equipos, en su mayoría del fútbol de ascenso, se unieron para exigir ser reconocidos como "acomodadores en los estadios" y que el Estado o la AFA crearan un registro de hinchas. Pretendían blanquear el vínculo entre los dirigentes y los muchachos que colonizan las tribunas cada fin de semana. El proyecto jamás prosperó y ni siquiera tuvo eco en la política interna de la AFA.
Di Zeo intenta ahora reflotar el debate y exhibir el compromiso de los referentes de las barras como una salida para garantizar un exitoso regreso del público visitante a los estadios argentinos.
¿Vos que opinás?