La lista está anotada en el cuaderno que Marcelo Gallardo usa todas las tardes para trabajar en su oficina del Monumental. Allí tiene registrados los métodos de entrenamiento que utilizará en la pretemporada en Miami, del 5 al 17 de enero; la fecha del único amistoso confirmado en Estados Unidos (el 14, ante América de Cali); y los nombres de los cuatro refuerzos que pretende para su River 2018: Lucas Pratto, Silvio Romero, Lucas Zelarayán y Damián Musto. Si Augusto Batalla es cedido a préstamo, tal su intención al haber quedado como el tercer arquero del plantel detrás de Enrique Bologna y de Germán Lux, el técnico no descarta la llegada de una cara nueva para ese puesto, más allá de que eso no está entre sus prioridades.
La lista con los cuatro nombres ya está en poder de Rodolfo D'Onofrio y de Enzo Francescoli, pero por una cuestión de protocolo en River evitan de todos los modos hablar de ese tema porque el domingo habrá elecciones en el club. Además, es sabida la predilección de Gallardo y de los dirigentes por trabajar en el tema incorporaciones con el mayor hermetismo posible. La Nación había informado hace dos semanas que el técnico quiere dos delanteros y dos mediocampistas. Su preferencia para la mitad de la cancha eran un "cinco" y un volante del estilo Carlos Sánchez. El nombre apuntado para este último caso era el de Walter Montoya, buscado por River en los últimos dos mercados de pases. Pero, ante la imposibilidad de contratar el mediocampista del Sevilla, la mirada apuntó hacia México, adonde Zelarayán viene de ser campeón con Tigres.
Zelarayán estuvo en la mira de Gallardo hace un año pero su alta cotización hizo que la operación se frustrara. Ahora River lo quiere nuevamente y, en caso de que D'Onofrio sea reelecto, ya desde el lunes buscarán acelerar luego de las charlas y los sondeos preliminares que desde Núñez mantuvieron no sólo con él sino también con los otros tres apuntados por el técnico. En ese sentido, Pratto, Romero, Zelarayán y Musto dejaron en claro que ven con muy buenos ojos la chance de jugar en River. Ahora todo dependerá de las cuestiones económicas, tan condicionantes para un fútbol devaluado en ese sentido como el argentino.
El San Pablo pagó hace casi un año 6.600.000 dólares por la mitad del pase de Pratto, cuya salida del equipo brasileño no sería nada sencilla. Zelarayan, por quien Tigres pagó 5.000.000 de dólares por el 80% de su pase a fines de 2015, fue tentado por San Lorenzo en el último mercado de pases y ahora River irá nuevamente a la carga por él, al igual que a principios de este año. Y Musto, confeso hincha de River que incluso estuvo alentando al equipo en una de las plateas del Monumental en la final de la Copa Libertadores 2015 ante Tigres, llegó a Xolos de Tijuana hace seis meses pero está interesado en ponerse la camiseta de la banda roja. Habrá que ver si el interés de Diego Cocca, flamante técnico del equipo mexicano, por contar con él, no termina siendo un impedimento para River. En el aspecto económico, el caso de Musto sería el menos dificultoso de todos porque Xolos de Tijuana le pagó a Central poco menos de 2.000.000 de dólares por su pase.
Gallardo quiere a Musto porque entiende que necesita un mediocampista central de jerarquía para competir o para tener como alternativa de Leonardo Ponzio, ya que el nivel de Iván Rossi durante 2017 no lo dejó conforme. A propósito de Ponzio, el capitán de River, su contrato vencerá en junio de 2018, pero él ya les hizo saber a los dirigentes que su intención es renovarlo por un año más y que su idea es retirarse en el club con el que ya ganó un total de once títulos.