A fin de año comenzará a regir la norma que apunta a colaborar con el medio ambiente y prohíbe que los supermercados entreguen bosas de plástico de manera gratuita o cobrándolas. La intención es que el vecino empleé sacos ecológicos o carros para trasladar las compras y mejore la calidad de vida de la capital salteña.
La ordenanza municipal comenzará a regir desde el 31 de diciembre y durante la primera fase de la norma, se buscó desalentar el uso a través de diversas acciones y, según un informe de los supermercados, se alcanzó una disminución hasta del 70 por ciento.
Es una medida importante y fundamental para colaborar con un ambiente aletargado en el orden de prioridades del estado, como así también de la población en general.
El desafío no sólo corresponde al primero sino especialmente al segundo, ya que las bolsas de plástico seguirán existiendo en otros mercados y será el vecino quien deberá redoblar los esfuerzos y apuntar a una ciudad más saludable.
Otro reto será la recolección de residuos. Sin las bolsas de plástico, ahora el estado municipal debe comenzar a prepararse para una método distinto y que, por ahora, representa una meta difícil de alcanzar al corto plazo.